PREGUNTA QA241: Mi pregunta es sobre la comida y los niños. A los niños del Centro parece no gustarles el tipo de comida del Centro. En parte creemos que es rebelión. ¿Puede comentar sobre las necesidades nutricionales de los niños y la resistencia a comer aquellos alimentos que los adultos creen que son buenos para ellos?

RESPUESTA: Sí. No entraré en los extremos obvios de las dos posiciones de ser demasiado compulsivo con la buena comida o de ignorar por completo la importancia de la misma. Obviamente, estos son dos extremos. Sin embargo, lo que diré sobre este tema específico es que la rebelión es un elemento muy fuerte aquí. Muy a menudo es en el tema de la alimentación donde se expresa la demanda, la rebelión, la necesidad, la compulsividad, el tener y agarrar o no ingerir, y la voluntad propia.

Eso no es tan sorprendente porque el primer placer del bebé es a través de la boca. Y eso puede entonces extenderse y la rebelión también puede expresarse por la boca. Sin embargo, es importante que se dé cuenta de que existen algunos valores alimentarios fundamentales. Si a un niño se le da libertad para comer solo lo que le gusta, es posible que los efectos no se noten de inmediato, ya que el sistema energético de un niño es joven, fuerte y resistente. Pero los efectos solo llegan mucho más tarde en el cuerpo físico.

Los efectos pueden manifestarse en cualquier órgano cuya resistencia se debilite, y que luego años después crea una manifestación física. Ahora, dirá que aprende que las manifestaciones físicas no pueden ser solo el resultado de otras manifestaciones físicas, como no comer la comida adecuada. Debe haber, además, el resultado de actitudes emocionales. Pero esto es exactamente de lo que estamos hablando aquí.

Si un niño, o un adulto para el caso, pervierte y contamina su instinto que proviene de una actitud mental y emocional distorsionada, entonces los deseos no corresponden al yo superior ni a la verdad del organismo físico. Corresponden al yo inferior y la falsedad del organismo físico.

Entonces, simplemente porque alguien no desee comer algo que sea bueno para él, esto no significa que deba ser forzado. Pero se puede utilizar como educación. Y los niños que están en el Camino deberían trabajar con esto. Número uno, se debe aumentar la conciencia en el niño de la conciencia de estos procesos, la conciencia de los estándares de la alimentación saludable, sin exagerarlos.

Pero hay ciertos valores alimentarios básicos que Dios ha hecho crecer en esta esfera terrestre que son importantes para todo el organismo. Si eso no se le da al sistema, en algún momento y en algún lugar se experimentará la falta sin saber necesariamente por qué. Un niño puede entender esto.

La enseñanza paciente y la enseñanza - no mal, sino en la instrucción - en la comunicación de conocimientos ayudarán al niño a ver también la rebelión emocional que puede existir en el agrado y desagrado de ciertos alimentos. Es posible crear nuevas papilas gustativas. Es posible transformar su instinto sobre la comida. Y eso es parte del crecimiento total de la personalidad como cualquier otra cosa.

Siguiente tema